DESARROLLO DEL APRENDIZAJE Y LA CONDUCTA EN PERSONAS CON AUTISMO

 MEJORAR EL EQUILIBRO SINÁPTICO EN PERSONAS CON AUTISMO

Manuel Ojea

La creación de nexos relacionales durante el aprendizaje constituye un elemento clave para favorecer el desarrollo de las personas con trastorno del espectro autista (TEA). En este sentido, el ácido glutámico como tal o en su forma ionizada, denominado L-glutamato (GLU) está involucrado en los aspectos funcionales de los procesos perceptivo- cognitivos y de la memoria; ya que se relaciona con la plasticidad sináptica de la transmisión de la información, especialmente, a través de su interacción con los receptores GABA. Pues bien, el desequilibrio derivado de un incremento del GLU y la reducción del meurotransmisor GABA durante el procesamiento de la información dificulta todavía más las conexiones sinápticas relacionales entre la información nueva percibida y su relación con los contenidos previos, lo cual hace que las personas con TEA vean todavía más limitadas sus capacidades para establecer relaciones significativas y comprensivas entre las conductas y los aprendizajes-objetivo. 

Por lo tanto, el incremento del neurotransmisor GLU se conforma como un aspecto esencial para mantener cierto equilibrio con el receptor GABA y, en consecuencia, mejorar el desarrollo global del ser humano. Para mejorar este equilibrio, además de los alimentos específicos que contienen monosodio, que pueden favorecer la producción del GLU, los programas psico- socioeducativos también pueden mejorar su equilibrio y la creación de redes o nodos neurales, a través del uso de programas sistémicos, en los cuales interviene el conjunto de los factores neurocerebrales que actúan durante el proceso de aprendizaje, lo cual, además, cuando, se acompaña del éxito en la tarea, genera el incremento de la motivación intrínseca, que potencia el desarrollo integral sistémico. 

En la Figura siguiente puede observarse gráficamente la cadena de participación del conjunto de los aspectos psicológicos del procesamiento de la información sobre un único contenido de aprendizaje, ya que, al hacerlo así, se favorece la elaboración de nodos sinápticos neuronales y, en conclusión, la mejora gradual del desarrollo conductual y del aprendizaje en las personas con TEA.

Figura: Sistemicidad transversal de los contenidos e aprendizaje.